El Estado Mexicano de San Luis de Potosí ha registrado en muchos de sus pozos concentraciones de flúor y arsénico muy por encima de la norma estipulada por la Organización Mundial de la Salud. Aunque no es el único estado, otras entidades como Zacatecas, Sinaloa, Querétaro, Aguascalientes y Durango han duplicado su nivel de flúor y arsénico en el agua en los últimos 14 años. Este dato ubica a San Luis de Potosí entre una de las seis entidades con mayor concentración de estos elementos en su agua.
Se han analizado diferentes muestras y se ha concluido que en al menos 60 pozos de agua existe una concentración de flúor mucho mayor de la permitida por la Norma Oficial Mexicana, lo cual supone un grave riesgo para la salud de los potosinos. Tanto el flúor como el arsénico se encuentran de forma natural en el subsuelo, por lo que, a la hora de extraer el agua de los pozos subterráneos, esta viene cargada de estos elementos. Como bien hemos explicado en anteriores posts, el flúor produce fluorosis dental y fluorosis esquelética, aunque también se encuentra
relacionado con una disminución del coeficiente intelectual de los bebés cuando durante el embarazo la madre consume agua con concentraciones elevadas de flúor. El caso del arsénico es incluso más complejo, pues puede producir enfermedades cutáneas y cáncer de piel, llevando incluso a la muerte en algunas circunstancias.
La fluorosis es producida por consumir grandes cantidades de flúor, generalmente se da debido a la ingesta de agua. En muchas comunidades se tiene por hábito hervir el agua antes de consumirla, este método es efectivo para eliminar las bacterias presentes en el agua, pues al llegar el agua al punto de ebullición, estas se eliminan. Sin embargo, en el caso del flúor y el arsénico esto es un tremendo error, pues estos metales no se eliminan hirviendo agua, al contrario, al hervir agua, esta se evapora, lo que genera que la concentración de flúor por litro de agua aumente.
Es conveniente concienciar a la población de este problema para así poder ponerle solución a tiempo, o bien reivindicando y exigiendo al Gobierno un agua limpia y de calidad o adquiriendo filtro certificados y con capacidad para eliminar el flúor del agua.